top of page

Entre el deseo y el silencio (*)

  • Foto del escritor: Rodrigo Lares Bassa
    Rodrigo Lares Bassa
  • 16 oct
  • 3 Min. de lectura

A ti, que eres deseo y condena:


Estoy sentado, con la pluma en la mano, mirando la hoja en blanco, sintiendo cada palabra arder antes de escribirla.

No puedo callarlo más. Te amo.

Te amo con un fuego que me quema por dentro, con un deseo que me arrastra como olas contra el pecho, con una fuerza que me deja exhausto cada vez que finjo normalidad, cada vez que sonrío como si nada ardiera.

Te amo aunque sea prohibido. Aunque sea absurdo. Aunque me condene a vivir en sombras, con un secreto que grita y que nadie escucha.

Cuando estás cerca, mi cuerpo olvida su nombre, mi piel recuerda un tacto que nunca tuvo y mi corazón late tan fuerte que temo que lo escuches en el silencio.

He soñado mil veces contigo. Y siempre ocurre igual: tus manos buscan las mías, con urgencia, con vergüenza, con temblor. El mundo alrededor se detiene, y sólo quedamos nosotros: tus ojos, los míos, y un lugar donde lo prohibido no existe, donde la verdad no hiere, donde amarte no es pecado, sino salvación.

Lucho cada día por no delatarme. Por no mostrarte la felicidad que me desborda al verte. Por no dejar que adivines la tormenta que ruge en mis ojos, esa verdad que no debes comprender.

Porque sé lo que pasaría si lo supieras: me apartarías, me odiarías, me borrarías de tu vida. Lo harías no por falta de amor, sino porque hay un muro que no podemos cruzar: la amistad que nos une y la vida que has construido, ese compromiso que no puedo ni debo romper.

Y aun así… aunque me condenes al olvido, aunque me destruyas con tu rechazo, prefiero esta herida al silencio.

Te deseo con hambre, con la desesperación de un náufrago que ve la orilla y no puede alcanzarla. Con la certeza de que tus labios son océano y mi sed jamás se apaga.

Si alguna vez tus manos tocaran las mías, aunque fuese un instante, comprenderías esta confesión: que tu cuerpo es mi destino, que tu alma es mi refugio, que en ti reconozco lo que siempre me faltó.

Estoy sentado escribiéndote esto, sabedor de que puede apartarme de tu vida, sabedor de que arriesgo nuestra amistad, sabedor de que tal vez me odies o me rechaces, pero también con la chispa —frágil— de que quizá me aceptes, de que quizá esta verdad encuentre su lugar.

Y ahora… solo me queda decidir si esta carta verá tus manos, si cruzará la línea de mi silencio, si el secreto que llevo dentro morirá conmigo o se encontrará contigo.

Porque tú, mujer de mi deseo y de mi condena, eres la herida que me hiere y la salvación que me llama. Eres la orilla que me atrae y me ahoga, el abismo y el refugio en un mismo gesto.

Si estas palabras llegan a ti, que sea para que sepas que en este hombre hay un amor que nunca se exintgue, un amor que, aun prohibido, te pertenece desde siempre y para siempre.

Tuyo, R.


(*) Finalistas en el Concurso Internacional de Cartas (2025), organizado por Editorial Etérea, Colombia.


Comentario del jurado:

La carta aborda el deseo prohibido con una intensidad contenida que trasciende el erotismo para adentrarse en la culpa y la imposibilidad. La voz narrativa combina pasión y lucidez, logrando una tensión emocional sostenida hasta el final. La escritura es pulcra, cargada de imágenes precisas que revelan la batalla interna del amor que no puede ser dicho. La pieza destaca por su equilibrio entre vulnerabilidad y control, convirtiendo la confesión en un acto de redención.


 
 
 

Comentarios


Entradas recientes
Archivo
Síguenos
Buscar por tags

© 2016 - 2025 por Rodrigo Lares Bassa
 

  • Black X Icon
  • Black Blog Icon
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
  • Black Linkedin Icon
bottom of page