De la metamorfosis y el envalentonamiento
- Rodrigo Lares Bassa
- 19 oct 2016
- 2 Min. de lectura
Para vivir -vivir como uno quisiera- se debe ser valiente. Cada quien avanza en su circunstancia, y en ese empeño por lograr cumplir nuestros sueños, se nos pasa la vida... entre alegrías y tristezas. En algún punto de nuestro recorrido vital, algunos más pronto que otros, nos encontramos con que el andar de nuestras vidas termina siendo un contrapesos de momentos en donde, sin darnos cuenta, lo paradójico se hace corriente.
Sí, así es, si observas con atención, en tu convivencia social, podrás notar que las tristezas más tristes están envueltas en alegrías y que la alegría, a veces, viene envuelta en la alegría más amarga. El asunto está en aprender a ser Humanos, después de nacer como humanos... En no aparentar lo que los demás quieren que uno sea sino en ser quien realmente deseamos ser. Ser auténticos. Es por ello que se vale no siempre ser la persona alegre que todos quieren, se vale estar triste a veces, se vale no querer hablar con nadie. Se vale hacer un Alto para reordenar las ideas y respirar profundo. Se vale ser Humano.
Será en ese momento (cuando dejas de ser uno más y comienzas a pensar en tí) que ocurre la metamorfosis y te darás cuenta que los milagros comienzan a suceder cuando le das más energías a tus sueños que a tus miedos... y te envalentonas. Entonces te verás pensando: "Estando muerto, me cubrí de sueños y renací...", porque los sueños no se cumplen, se trabajan.
¿Deseas quedarte en lo mediocre o ser auténtico? porque no es cierto que todos buscan la felicidad, hay quienes sólo buscan evitar la infelicidad. ¡Sí!, hay personas que no votan por lo mejor sino por el "menos malo".
El árbol muerto,
cubierto de mariposas,
ha florecido.
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