La primavera y el polen
- Rodrigo Lares Bassa
- 30 jun 2016
- 1 Min. de lectura
Cuando nace una flor es primavera en todo el mundo.
La vida es un instante, por eso cada nuevo día nos debe parecer sublime; untarnos de autenticidad para que la vida mezquina se haga sagrada, porque tras nuestro paso, efímero, debemos habernos asegurado de haber esparcido el polen, ese, perfume de la divinidad que ulteriormente nos va a mantener en el recuerdo de los que se quedan un poco más que nosotros.
Nacemos para viajar y llenarnos de experiencias y, sobre todo, para agregar valor en quienes nos rodean, por nuestras acciones más que por la pura palabra. Para el intelecto es conocer; para el corazón es amar; para el sexo es crear y para el cuerpo es, simplemente, vivir...
"No se ve bien sino con el corazón,
lo esencial es invisible a los ojos"
El Principito
Antoine de Sanit-Exupéry
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