Sobre el ser humano ¿o una sociedad?
- Rodrigo Lares Bassa
- 16 may 2016
- 1 Min. de lectura
Uno de lo mayores placeres de la vida es hacer lo que la gente dijo que nunca ibas a poder hacer. Porque para llegar a lograr la meta impuesta, se requiere de mucha disciplina, esfuerzo, constancia y, sobretodo, claridad en el objetivo trazado; porque el verdadero placer radica en lo andado, camino al destino.
Se necesita tolerancia ante la adversidad y conocer bien las limitaciones y capacidades de uno, como señala Edmund Burke "Hay un límite más allá del cual la tolerancia deja de ser virtud." En otras palabras, se entraría a vivir en un círculo vicioso sempiterno, que no lleva a ninguna meta sino tan solo al desgaste.
El que no sabe lo que busca, nunca se conformará con lo que encuentra.
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